sábado, 8 de noviembre de 2008

CALIDAD TOTAL EN EDUCACION

¿Qué es calidad total?
Es un concepto de organización, que empieza generalmente con una propuesta de directivos o gerentes, continuada por la decisión de todos los miembros de la organización, institución o empresa de convertirse en:
1) Una comunidad de aprendizaje que, con las armas del
2) Conocimiento profundo (teoría de sistemas, teoría de la variabilidad, teoría del comportamiento humano y teoría del conocimiento) aborda el estudio de los
3) Procesos productivos, escolares, administrativos, etc., llegando a transformarse en
4) Una organización inteligente integrada por sujetos con voluntad para ser y crecer e inteligencia para seguir estudiando cómo hacerlo. Esta comunidad de aprendizajes, inteligencias y voluntades de los sujetos que integran una organización les exige a sí mismos, asumir
5) El autocontrol de sus propios procesos, que se inician y desarrollan y que no terminarán con un indicador de productividad o norma de calidad alguna, sino que, en la vorágine de su desarrollo, asumen que el único fin relativo es la mejora continua..
El estudio de la propia organización, inicia con la visión sistémica que no reduce los conjuntos a las partes sino que reconoce a su institución como un sistema integrado por partes interactuantes e interrelacionadas, cuyas funciones diversas hacen posible sus propósitos, que no son sólo el resultado pues éste es parte de una totalidad secuencial e interactiva de insumos-procesos-productos que inicia con proveedores y termina (relativamente) en la satisfacción plena de los clientes. Este último es considerado como el criterio principal de calidad; la calidad entendida como proceso enfocado a la satisfacción del cliente.
Así, la calidad con enfoque al cliente supedita todos los elementos y procesos de la organización a una máxima de conducta, en términos de esta nueva cultura, donde nuestra visión, misión, valores y objetivos están centrados en la satisfacción y hasta deleite del cliente que consume nuestros productos, bienes o servicios en la espiral sin fin de la mejora continua.
Este concepto lo empleó la guerra, se desplazó a la industria, lo adoptó el Japón y se levantó imponente en el escenario mundial de la competencia productiva. Su irradiación aún no termina y sigue afectando -positivamente- otras esferas, una de las cuales es la educación, el sistema escolar al que pertenecemos.
Así, el Sistema Nacional de Institutos Tecnológicos elaboró el documento “Proyecto Nacional para la Calidad”, en donde se afirma que: La educación de hoy debe, entonces, tener un enfoque más holístico, que vea al estudiante, al hombre, a la sociedad, como ser unificado. Necesita un modelo de docente que inspire a la libertad mental y al uso de la inteligencia humana en plenitud, que promueva la creatividad y la innovación en el comportamiento humano; un modelo de directivo escolar, con visión, misión y estrategias de largo plazo; metas y objetivos claros que lo impulsen a ejercer un liderazgo profético, integrador y administrativo, que invite a sus seguidores a la participación entusiasta y vigorosa en el cambio educativo. Un modelo de estudiante que se sienta libre para expresar y manifestar sus inquietudes; que elimine el temor de pensar y practicar sus ideas, un estudiante que sienta la actividad de estudiar como una profesión digna de vivirse con emoción y pasión; que alcance la plena socialización en la escuela como base de su desempeño en la sociedad
La Juventud y su Destino
El Lic. Carlos A. Madrazo en las postrimerías de su vida, les relató a los jóvenes la siguiente parábola:
Existió en Oriente un hombre sabio que recorría pueblos y ciudades para enseñar sus doctrinas a quienes querían escucharlas. Se decía de ese predicador que sabía leer el alma de los hombres. Que viéndolos a los ojos adivinaba sus pensamientos ocultos, sus íntimas inquietudes y sus ambiciones insanas. Muchos hombres poderosos habían sido desenmascarados por la verdad sencilla de aquel hombre.
Uno de los poderosos enemigos del predicador le preparó una trampa. La tramaría por medio de alguno de sus más habilidosos cortesanos. Se acercaría como mañoso inquisidor al sabio, en el momento en que estuviera rodeado por la gente para escucharlo. Lo interrumpiría con esta pregunta: “Tú dices que todo lo sabes, dime si lo que tengo entre mis manos tiene vida o está muerto”.
La trampa era muy simple, si el predicador respondía que tenía vida, el mañoso cortesano apretaría las manos para matar a la pequeña ave que tenía en ellas. Si respondía que estaba muerto, abriría las manos y dejaría volar al pájaro en presencia de todos. En cualquier caso y ante cualquier respuesta, pensaba conseguir desacreditar al predicador y exhibirlo como charlatán.
Pero cuando se le hizo la amañada pregunta al hombre sabio, éste mirando fijamente al inquisidor, le respondió: “En tus manos está lo que viva o lo que muera”.
El Lic. Carlos A. Madrazo, después de relatar la anterior parábola, en forma de sentencia expresaba a los jóvenes el siguiente mensaje” En las manos de la juventud se encuentra lo que ha de vivir o lo que ha de morir”.
Y efectivamente la juventud, por una ley de la vida, tiene una misión social. Representa lo nuevo de ese conflicto vital de renovarse o morir. Es verdad que en las manos de la juventud está lo que va a vivir o lo que va a morir en la vida social. En las manos del joven está su destino individual, su particular porvenir. "Quien se realiza plenamente vinculado a las corrientes renovadoras y transformadoras de la sociedad, cumple con su destino"
El joven es portador de destino social y es constructor de su futuro personal. Aquel que desperdicia su juventud no cumple con su destino. En la vida que por sí misma es conflicto y contradicción, destacan quienes mejor aprovechan su juventud. "Se ha dicho que quien pierde la mañana, pierde la tarde y quien pierde la juventud desperdicia la vida


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