jueves, 21 de noviembre de 2013

REFLEXIONES EDUCATIVAS

CARTA DE UN HIJO A TODOS LOS PADRES DEL MUNDO

No me grites

Te respeto menos cuando lo haces. Y me enseñas a gritar a mí también y yo no quiero hacerlo.

Trátame con amabilidad y cordialidad igual que a tus amigos

Que seamos familia, no significa que no podamos ser amigos.

Si hago algo malo, no me preguntes por qué lo hice

A veces, ni yo mismo lo sé.

No digas mentiras delante de mí, ni me pidas que las diga por ti (aunque sea para sacarte de un
apuro). Haces que pierda la fe en lo que dices y me siento mal.

Cuando te equivoques en algo, admítelo

Mejorará mi opinión de ti y me enseñarás a admitir también mis errores.

No me compares con nadie, especialmente con mis hermanos

Si me haces parecer mejor que los demás, alguien va a sufrir (y si me haces parecer peor, seré yo quién sufra).

Déjame valerme por mí mismo

Si tú lo haces todo por mí, yo no podré aprender.

No me des siempre órdenes

Si en vez de ordenarme hacer algo, me lo pidieras, lo haría más rápido y más a gusto.

No cambies de opinión tan a menudo sobre lo que debo hacer

Decide y mantén esa posición.

Cumple las promesas, buenas o malas

Si me prometes un premio, dámelo, pero también si es un castigo.

Trata de comprenderme y ayudarme

Cuando te cuente un problema no me digas: "eso no tiene importancia..." porque para mí sí la tiene.

No me digas que haga algo que tú no haces

Yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no me lo digas. Pero nunca haré lo que tú digas y no hagas.

No me des todo lo que te pido

A veces, sólo pido para ver cuánto puedo recibir.

Quiéreme y dímelo

A mí me gusta oírtelo decir, aunque tú no creas necesario decírmelo

EL OFICIO DE EDUCAR

Reflexiones Educativas: EDUCAR


Esta poesía de Gabriel Celaya, poeta español (1911-1991) no necesita muchos comentarios. Habla por sí misma de la educación y del oficio de educar...

Educar es lo mismo
que poner motor a una barca…
hay que medir, pesar, equilibrar…
… y poner todo en marcha.


Para eso,
uno tiene que llevar en el alma
un poco de marino…
un poco de pirata…
un poco de poeta…
y un kilo y medio de paciencia
concentrada.

Pero es consolador soñar
mientras uno trabaja,
que ese barco, ese niño
irá muy lejos por el agua.

Soñar que ese navío
llevará nuestra carga de palabras
hacia puertos distantes,
hacia islas lejanas.

Soñar que cuando un día
esté durmiendo nuestra propia barca,
en barcos nuevos seguirá
nuestra bandera
enarbolada

viernes, 15 de noviembre de 2013

COMO ENSEÑAR MATEMATICA A LOS NIÑOS

¿Cuáles son los conocimientos previos que poseen los niños?


Sabemos que los niños tienen ideas previas, adquiridas por el intercambio con el medio natural y social.

Podemos enseñar a partir de ellas. No siempre hacemos uso de esas ideas.

Si queremos trabajar con los niños, por ejemplo, numeración, indagamos sobre los conocimientos que poseen y luego nos dedicamos a “enseñar” los cinco primeros números. ¿Para qué indagamos las ideas previas que poseen?. Si deseamos comenzar a trabajar el espacio geométrico y después de ver a los niños jugando con bloques, comenzamos mostrando figuras planas, ¿qué sentido tiene el haber observado el juego?. ¿O tal vez no se lo ha hecho?.

Es cierto que la enseñanza inicial de la matemática básica no ha sabido capitalizar demasiado a menudo la riqueza del conocimiento informal y esto ha hecho que se la enseñe desconectada de la realidad y en forma mecanicista y repetitiva.

Leamos una experiencia realizada con niños de 4 años Después de jugar, con la computadora, a uno de esos juegos que otorgan puntos por realizar correctamente determinadas tareas.

Se le pregunto a Andrés, ¿quién ganó.

Andrés: Luis, hizo más puntos.

Maestra:-¿Cómo lo sabes?..

Andrés:- Porqué el número de él era más largo.

En ese “más largo” estaba implícito, que era el número que tenía más cifras.

Debemos, entonces, ¿enseñar números de tres, cuatro o más cifras?. No, pero la respuesta nos da indicios de ir reconociendo ciertas características de los números.

Secuenciar la enseñanza

Debemos tener en cuenta.

Primero: buscar una situación problemática que necesite del contenido a tratar.

Por ejemplo:, veamos una actividad para nivel inicial Colocar 3 muñecos sobre una mesa alejada del armario y, luego de preguntarles ¿cuántos hay?. Pedir que vaya al armario y busquen tantos gorros como muñecos hay.

Podrán resolver la situación de distintas formas. Traer de uno en uno. Recordar la cantidad y traer todos juntos, etc..

Segundo: tener en cuenta los números que intervienen. Si el problema es resuelto. La próxima vez colocaremos 9 muñecos, aumentar la cantidad implica hacerla más compleja.

Si los niños traen de a uno los gorros y no memorizan la cantidad, poner la condición de hacerlo con el menor número de viajes.

Esto permite graduar las actividades e ir apropiándose de nuevas estrategias para solucionar los distintos problemas.

Tercero: llevar un registro de las distintas actividades y las respuestas de los niños, será de importancia para saber en qué momento es necesario cambiar la dificultad de las actividades.

¿CÓMO HAN SIDO EDUCADOS NUESTROS EDUCADORES?

Paulo Freire, empleando un lenguaje diferente al de Maturana, en su libro Sobre la acción cultural, se refiere a la concepción “bancaria” de la educación, que, según sus palabras, “... hace del proceso educativo un acto permanente de “depositar” contenidos. Acto en el cual el depositante es el educador y el depositario es el educando.” (Freire, 1971: 23) Situación que, para Freire, es una contradicción que debe ser superada. Como se verá, más adelante, en la época en que Freire presenta estas ideas predomina, en Chile y Latinoamérica, un modelo normativo de gestión, el que no ha sido plenamente superado por nuestro sistema educacional.


Siguiendo el punto de vista de Freire, si no se supera la mencionada contradicción se mantendría en el tiempo una concepción “bancaria” de la educación que, como todo acto educativo, al tener efectos de larga duración, puede constituirse en una barrera para la innovación educacional, al ser ésta acción educativa incompatible con las actuales concepciones educacionales, que tienden a pensar la educación como un acto en que los hombres se educan entre sí, mediatizados por el mundo, tal como postulaba Freire, en 1971, como base para una futura educación humanista.